Las edades del mar: los paleoniveles
En la isla de Mallorca hay una cantidad enorme de cuevas, muchas de ellas submarinas, que la atraviesan por debajo creando mundos cerrados y silenciosos que guardan secretos que sólo unos ojos expertos son capaces de descifrar.
Esta vez nos hemos sumergido en este mundo misterioso de las galerías pétreas detrás de una investigación. Buscamos pruebas que demuestren que en los últimos diez mil años la altura del Mediterráneo ha sido muy diferente de la que hoy conocemos.
El Grup Nord
Durante todo el periodo cuaternario, que es cuando apareció el hombre, hubieron oscilaciones de hasta cien metros de altura. El Grup Nord de espeleólogos de Mallorca hace tiempo que trabaja en el tema. Lo hemos acompañado en sus correrías.
Se reúnen cada martes para compartir y organizar las expediciones. Son los encargados de hacer el trabajo de campo, de meterse en las cuevas y de desentrañar el laberinto de galerías subterráneas, para poder llevar preciosos datos a los científicos.
Estos enamorados del mundo telúrico disponen en Mallorca de un lugar privilegiado, de un enorme libro de piedra donde hay escritas muchas cosas.
Para Francesc Gracia, del grupo de espeleólogos de Grup Nord, Mallorca es un paraiso cástico, sobretodo por sus cavidades en general: "Aunque Mallorca es una isla pequeña, tiene una gran cantidad de cavidades. Las diferentes zonas geográficas de la isla le han dado lugar a cavidades muy diferentes entre sí, es decir que tiene como un efecto de continentalidad. El lado de Tramontana, nos da un mayor efecto de verticalidad, unos efectos muy diferentes respecto a la zona del sur, sobretodo en el litoral que es donde encontramos mas cavidad subacuática".
Y añade: "Las cuevas terrestres no tienen importancia por su tamaño, sí por su belleza y por otras cosas pero no son tan grandes como las que vemos en la península. En cambio a nivel de buzo, las cuevas que encontramos aquí, realmente podemos decir que conforman un autentico paraíso subacuático".
Una opinión que comparte su compañero Bernat Clamor: "La importancia que tienen las cavidades no la miramos por los metros que tienen las cuevas. Cada cavidad tiene sus cosas importantes. Se han encontrado restos arqueológicos muy importantes en cuevas muy pequeñas, también se han encontrado restos fósiles que han dado mucha información a los científicos también en cuevas muy pequeñas. También hemos tenido la suerte de encontrar cuevas muy grandes. Pero eso no quiere decir que las cuevas grandes tengan mas importancia que las pequeñas".
Una visita a cala Varques
El material en esta especialidad de buceo submarino es abundante y pesado, porque para evitar riesgos siempre se ha de llevar el doble o triple de cuando se practica en mar. Los acompañamos a Cala Varques cerca de Manacor. El objetivo es encontrar pruebas de que el nivel del mar bajó en otro tiempo. Son los paleoniveles, unas formaciones calcáreas sumergidas que han quedado como radiografías precisas del paso del tiempo y que aportan a los científicos informaciones muy valiosas.
Así nos los explica Francesc Gracia mientras se zambulle en el agua: "Se trata de localizar paleoniveles. Primero hacemos una inmersión aquí. Hay algunos que aun no se han localizado que no están demasiado alejados de la entrada. Luego iremos a otra cueva, la que llamamos la Sala Fonda con una profundidad de 1 metro".
La simbiosis entre los espeleobuceadores y los científicos funciona muy bien. Las largas investigaciones de campo permiten detectar los objetivos de interés para la ciencia y sacar el máximo provecho de la pasión y especialización de los dos grupos. En el subsuelo mallorquín hay un mundo inmenso con material de estudio para muchos años.
Es un mundo fascinante de cavidades y centenares de kilómetros de galerías que tienen muchos misterios que desvelar tras haber permanecido resguardadas durante miles de años.
Aportación a la ciencia
Una vez el grupo localice las formaciones calcáreas las llevará a la Universidad de Baleares, donde se está realizando este estudio junto con la Universidad italiana Roma 3.
Gracias a estas investigación, los geólogos ya saben, por ejemplo, que la superficie terrestre de baleares fue mucho más extensa en ciertos periodos en que el mar se había retirado muchos metros a causa de los fuertes cambios climáticos.
Según Albert Ginés, científico investigador de los paleoniveles, la información que estas expediciones aportan es muy importante: "Nos da información sobre lo que pasó hace más de 100.000 años pero nos sugieren cosas que se pueden extrapolar en el futuro. Es decir, sólo con estas gráficas se pueden ver las caídas del nivel del mar que en otro tiempo permitieron unir las islas de Mallorca y Menorca. Podemos suponer que todas estas fluctuaciones tendrán una continuidad lógicamente; así, de cara al futuro sabemos que cosas parecidas volverán a suceder".
El otro polo de este proyecto de investigación está en Cerdeña, donde también los espeleólogos se han sumergido. Allí trabaja el profesor Adriano Tadeucci, que nos comenta sus conclusiones. "Un aspecto del cambio global del clima es la posibilidad de estudiar y prever el cambio del nivel del mar; pero una de las mejores maneras de predecir las variaciones del nivel del mar, de poder imaginar el escenario futuro es conocer la escena del pasado", explica.
¿Cómo se puede medir el nivel del mar de cien mil años atrás? Es difícil, pero a veces se puede hacer gracias a la ayuda de estos espelobuceadores que son muy eficientes para proporcionar material de estudio a los geoquímicos y geólogos.
Para el profesor Taddeucci, los espeleólogos mallorquines han sido el brazo imprescindible en la Gruta Verde de Cerdeña y en sus investigaciones medioambientales: "Un aspecto del cambio global del clima es la posibilidad de estudiar y de prever el cambio del nivel del mar. Pero una de las mejores maneras de predecir las variaciones del nivel del mar, de poder imaginar el escenario del futuro, es conocer el escenario pasado. ¿Cómo se puede medir el nivel del mar de cien o doscientos mil años atrás? Es difícil, pero a veces se puede hacer, sobre todo con la ayuda de tres chicos espeleobuceadores que son muy eficientes para proporcionar material de estudio a los geoquímicos y geólogos que se dedican a este problema".
Ahora que el planeta parece sufrir un nuevo cambio climático que influirá también en el nivel de las aguas, el rastro del pasado que esconden las cuevas mediterráneas es una buena herramienta para entender nuestro presente y más allá, el futuro que nos espera.
Pedro Secorún
Fuente: Thalassa
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