Conoce al Manatí Amazónico













Foto extraida de www.yaqupacha.de

Nombre común: Manatí Amazónico
Nombre científico: Trichechus inunguis (Natterer, 1883)

El manatí del Amazonas es el más pequeño de todos los manatíes vivientes. El registro de mayor tamaño es de 2.8 m. El peso máximo alcanzado es desconocido, pero se ha reportado un individuo adulto en Ecuador con 480 kg. La longitud al nacer es de 85 a 105 cm, y los recién nacidos pueden pesar entre 10 y 15kg.

El cuerpo de este animal es más o menos cilíndrico y más fusiforme que en las otras especies de manatíes. Esto se debe probablemente a que tiene un número menor de costillas y una cavidad toráxica pequeña. Sólo tienen aletas pectorales, ya que los miembros posteriores han desaparecido, dejando un vestigio de pelvis. La cabeza es grande con ojos pequeños y diminutas aberturas en los oídos. En la parte superior de la cabeza hay un par de fosas nasales provistas de válvulas.

La textura de la piel es igualmente diferente en ésta especie; es más suave y regular, con apariencia de goma. Los recién nacidos presentan una piel rugosa, que van cambiando rápidamente después de unas dos semanas. La mayoría de los manatíes en el Amazonas, tienen una mancha bien conspicua en la región ventral de color pálido o rosado. Generalmente está centrada en el pecho o el abdomen, pero puede extenderse hacia la región gular o hacia la cola. Algunos individuos son de un color gris o negro uniforme, sin presentar manchas ventrales.

Talvez una de las características diagnósticas de esta especie, es la ausencia de uñas en las aletas pectorales. La dentadura de los adultos presenta de siete a ocho dientes, los cuales son continuamente reemplazados horizontalmente a través de toda la vida del animal.

Está presente en los tres tipos de aguas: blancas, claras y negras a lo largo de la cuenca del río Amazonas. Se ha reportado para los ríos Essequibo y Rupununi en Guyana y en el Takatu en el borde entre Brasil y Guyana. Los manatíes están excluidos de áreas afectadas por corrientes, rápidos, o cascadas. Aparentemente existe una sobre-posición de hábitats entre T. manatus y T. inunguis en la desembocadura del Amazonas al Atlántico, pero no ha sido bien documentada.

Esta especie también se encuentra en la parte alta del Amazonas, al este de Perú, incluyendo el drenaje de por lo menos ocho ríos (Napo, Tigre, Marañón, Ucayali, Samiria, Pacaya, Huallaga y Purus) y en algunas lagunas de aguas negras en la Provincia del Napo en Ecuador. En el sureste de Colombia, habita en el Putumayo, Amazonas, Caquetá y el bajo Apaporis. Existen algunos comentarios de que posiblemente T. inunguis habita igualmente en la Orinoquía, sin embargo no existe documentación sólida para respaldar esta idea.

Fuente: Omacha

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Toxícidad del oxígeno en el sistema nervioso central (S.N.C.)

¿ QUÉ ÉS LA TOXICIDAD EN EL S.N.C. ?

En los experimentos realizados por Paul Bert en 1878, pudo comprobar que respirar elevadas presiones parciales de oxigeno acaba por provocar convulsiones. Este envenenamiento o toxicidad que sufre el Sistema Nervioso Central (SNC) también es denominado intoxicación aguda del oxígeno o efecto Paul Bert.

¿ CUALES SON LOS LÍMITES MÁXIMOS DE PpO2 Y DE EXPOSICIÓN ?

Cada persona tiene unos valores de tolerancia distintos, pero la experiencia ha establecido unos valores como seguros. La legislación española establece unos límites máximos de PpO2 para buceadores profesionales de 1,6 atmósferas, y para buceadores deportivos de 1,4 atmósferas. Así como los siguientes tiempos máximos de exposición.

Presión parcial oxígeno/Tiempo exposición:

1,6 bares-3 horas
1,4 bares- 4 horas
1,2 bares -5 horas
1 bares- 6 horas
0,9 bares- 8 horas

Superar estos límites supone incrementar enormemente los riesgos de sufrir una intoxicación aguda. Sin embargo la "National Oceanic and Atmospheric Administration" (N.O.A.A.) dispone de tablas con unos valores mucho más conservadores que los establecidos en las normas españolas.

¿ CUALES SON LOS SÍNTOMAS ?


Sin duda los síntomas más serios y peligrosos son las convulsiones y perdida de conocimiento, y éstas pueden llegar con poco o ningún aviso. Llegado este momento la vida del buceador afectado dependerá por completo de la ayuda del compañero. Pero a veces, no siempre, hay unos síntomas que pueden alertarnos con antelación suficiente para subir unos metros y, así, disminuir la presión parcial de oxígeno, y son los siguientes:

- Visión de túnel: el buceador va perdiendo la visión periférica - Tintineo en los oídos. - Cambios en el estado mental: Irritabilidad, confusión, agitación y ansiedad - Náuseas o vómitos. - Hormigueos, ticts y espasmos musculares. Sobretodo en los músculos faciales y los labios. - Vértigo, descoordinación y falta de destreza. - Convulsiones y perdida de conocimiento.

Si en el momento de notar estos síntomas subimos unos metros, y así, disminuir la presión parcial de oxígeno, esto no nos salvará por completo de sufrir una intoxicación aguda. Durante uno o dos minutos la presión parcial de oxígeno en nuestros tejidos todavía será lo suficientemente elevada como para afectarnos. Algunos síntomas son iguales a la narcosis producida por el nitrógeno, pero la diferencia está en que la narcosis es progresiva, mientras que la intoxicación del SNC puede presentarse sin previo aviso en forma de convulsiones. En las inmersiones profundas con aire un buceador estará expuesto a la intoxicación del oxigeno y del nitrógeno (narcosis), por eso se introduce un tercer gas menos problemático: el helio.

¿QUÉ HACER CUANDO SE PRESENTA UNA INTOXICACIÓN AGUDA?


La persona afectada por una intoxicación aguda dependerá por completo del compañero, si es que este puede prestarle ayuda. Para saber como actuar, lo primero es reconocer las fases en que se divide este proceso de intoxicación.

Fase Tónica: El buceador pierde el conocimiento, se queda rígido y deja de respirar. En esta fase, que suele durar menos de un minuto, es muy peligroso subir al accidentado, ya que al tener las vías respiratorias bloqueadas le provocaríamos una sobrepresión pulmonar. Es conveniente esperar y asegurarnos que mantiene el regulador en la boca.

Fase Clónica o Convulsiva: El buceador afectado sufre convulsiones y normalmente sigue sin respirar. Durante esta fase, de un minuto aproximadamente, tomaremos las mismas medidas que en la fase anterior. A pesar de la apariencia alarmante, el único daño que puede sufrir el afectado es morderse la lengua. Aunque mantenga la apnea, es difícil que sufra una hipoxia precisamente por elevada presión parcial de oxigeno en los tejidos y en concreto en el cerebro.

Fase de Depresión Postconvulsiva: En esta fase el buceador sufre una relajación muscular, empieza a respirar rápidamente y está consciente o semiconsciente. Es en este momento cuando hay que llevarlo a la superficie, asegurándose que tiene el regulador en la boca y respira normalmente. Esta fase suele durar de 15 minutos a más de una hora.

¿ DEJA SECUELAS ?


La consecuencia más grave es que el buceador se haya ahogado al desprenderse el regulador de la boca durante la perdida de conocimiento. Otro resultado puede ser que se haya mordido la lengua. El buceador afectado no suele recordar nada de lo ocurrido, a lo mejor, solamente recuerda algo de la fase de relajación postconvulsiva cuando estaba semiconsciente. Las únicas secuelas serán el cansancio y dolores musculares y, tal vez, dolor de cabeza.

Fuente: bucea.org
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Tiburón de boca ancha







Megachasma pelagios

Orden: Lamniformes

El Tiburón de Boca Ancha es uno de las miembros más extraños y misteriosos de la familia de los tiburones. Sólo 22 especímenes se han reportado desde que fuera capturado y descrito por vez primera en 1976. Muchos de los detalles sobre su vida son todavía desconocidos.

Estos tiburones son la tercera especie conocia de los tiburones planktonivorous, junto al tiburón ballena y el peregrino. Hasta la fecha, el espécimen más grande midió 5,63 metros, un indicativo de que los tiburones que se alimentan de plancton alcanzan grandes proporciones. La característica más distintiva de este tiburón es, como su nombre lo sugiere, su enorme y extraña boca. Emparentado cercanamente con el tiburón blanco y con el mako, el tiburón de boca ancha parece tener el mismo rango de localización. Ha sido capturado a las afueras de las costas de Senegal, Sudáfrica, Brasil, Indonesia, Filipinas, Tailandia y especialmente en California y Japón, donde varios especímenes han sido descubiertos, lo que sugiere que estas zonas podrían ser regiones de apareamiento para esta enigmática criatura.

Los tiburones de boca ancha se alimentan cerca de la superficie durante las noches y se retiran a las profundidades durante el día. Al parecer se mueven lentamente y son hasta menos ágiles que el peregrino.

Tamaño Máximo: 5.6 metros.

Localización: Desconocida, pero se sabe que está presente en los Océanos Pacífico, Atlántico e Indico.

Dieta: Plancton, especialmente camarones pequeños y medusas.

Reproducción: Incierta, pero probablemente ovovivíparos.

Fuente: Discovery Channel
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Inmersiones. Bóreas: el pecio de Palamós


A finales de los años 80, la Policía de Aduanas española detuvo a la tripulación del Boreas frente a las costas de Begur (Girona) por tráfico de estupefacientes: en el barco se encontraron cerca de 600 kilos de hachís. La embarcación fue confiscada y trasladada al puerto de Palamós, donde languideció en un muelle hasta que los submarinistas de la zona tuvieron la idea de hundirlo para crear una nueva atracción turística en los fondos de la bahía.

En 1988 fue comprado por unos clubes de buceo de la población gerundense y hundido para que formara un arrecife artificial para la fauna y flora marinas, así como para ser un punto de encuentro para los aficionados al submarinismo. Esa iniciativa constituyó una idea innovadora en Cataluña, ya que nunca se había hecho antes.

Hoy en día, el viejo Bóreas descansa en el fondo del mar, a 30 metros de profundidad, convertido en un barco fantasma que atrae tanto a los peces como a los submarinistas. Es fácil acceder a la zona de inmersión desde tierra, por lo que se ha convertido en un destino clásico de la Costa Brava.

Este antiguo remolcador tiene 10 metros de eslora y 4 de manga, y definitivamente un aire misterioso. Sus interiores nos rememoran días pasados y ambientes extraños, en los que la leyenda y la realidad quedan unidas bajo el agua.

La inmersión

Antes de ser hundido, se eliminaron todas las puertas y cables del barco que pudieran suponer un obstáculo a la movilidad y un peligro para los buzos. De este modo, la mayor parte de las áreas del barco son accesibles. Se recomienda particularmente visitar el compartimento del motor, donde varios congrios han elegido instalarse.

En la parte más profunda de la inmersión, a 32 metros, se sitúa la popa del barco con su gran hélice, otro de los atractivos ineludibles de esta visita. Asimismo, es interesante ver cómo ha proliferado la vida en toda la estructura del barco. Algas, corales y esponjas cubren buena parte del pecio y dan cobijo a todo tipo de peces y crustáceos. Pueden verse elegantes escórporas, bellas a la vista pero peligrosas al tacto debido a sus afiladas espinas.

La zona circundante al pecio recibe el nombre de la Llosa, debido a una enorme roca plana situada a menos de una milla de la costa. Esta formación rocosa tiene una altura de 40 metros en su punto más alto y posee diversas cuevas que pueden visitarse.

Indicaciones

Dada la profundidad a la que está situado el Boreas, habrá que tener especial cuidado en el control del tiempo y de las descompresiones, respetando en todo momento las indicaciones que recomienden los guías.

La visibilidad es otro de los problemas de esta inmersión, ya que en las mejores circunstancias la luz diurna sólo alcanza los 20 primeros metros. Así pues habrá que acordarse de llevar linternas. En lo referente a orientación, ésta es muy sencilla incluso para los buceadores poco experimentados, ya que el pecio constituye una referencia constante de la posición.

Fuente: Thalassa
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Resuelven el misterio del pez de cabeza transparente







Investigadores del Acuario de la Bahía de Monterrey acaban de resolver uno de los enigmas que intrigaba desde hacía años a los biólogos marinos: la utilidad de la cabeza transparente del pez Macropinna microstoma y sus ojos tubulares. Después de estudiar concienzudamente su comportamiento en aguas profundas de California, los investigadores han llegado a la conclusión de que este mecanismo le permite aumentar su ángulo de visión y detectar mejor a sus presas. En otras palabras: el pez ve a través de su propia cabeza.

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Las imágenes de esta criatura pueden resultar engañosas, puesto que sus ojos no son los dos puntos oscuros que veis en la parte frontal de la cabeza, sino esas dos estructuras verdes que flotan en su interior. Ambos ojos pueden rotar literalmente dentro del cráneo y permiten al pez observar lo que sucede por encima de él, de frente y a ambos lados. Los dos puntos oscuros de la parte delantera son en realidad dos órganos olfatorios.

Fotos: Acuario de Monterrey

Fuente: Fogonazos
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