Juan Ibarra(vh).- En caso de verse arrastrados por la corriente marina, los expertos recomiendan intentar nadar en paralelo a la costa, de modo que se pueda escapar de la zona de influencia de la corriente.
Los recientes episodios de ahogamientos en las costas de nuestra Comunidad -que son recurrentes cada periodo estival- obligan a las autoridades locales a extremar las precauciones y a hacer uso de la fuerza coercitiva, imponiendo sanciones a quienes se bañen con bandera roja en nuestras playas. En todos estos ahogamientos hay causas atribuibles a la imprudencia o relativos a problemas de salud, como un corte de digestión o fallos cardíacos.
Pero, a estos motivos, hay que añadir los referentes al cambio de perfil marino de nuestras playas, el fuerte viento y el oleaje que produce unas corrientes marinas más peligrosas. El doctor en Ciencias del Mar, y profesor de Oceanografía y Geología Marina de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad Católica de Valencia, Javier Alcántara, explicó a Valéncia hui las causas de estos fenómenos: “los ahogamientos son producidos, sobre todo, por las corrientes inducidas por el oleaje y, en último caso, por la circulación atmosférica”.
“El mecanismo -según Alcántara- es sencillo. Debido en parte al cambio climático se generan unos procesos de oleaje más fuertes. Debido a las puntas de calor que se concentran en verano -aunque de momento no estamos teniendo un verano excesivamente caluroso- se producen unos vientos más fuertes que a su vez desembocan en oleajes más intensos; además, se crean unas corrientes directas inducidas por el viento, que empuja el agua hacia la costa, que son también más fuertes”.
Una vez el viento incide en el mar creando oleaje con las consiguientes corrientes marinas, el peligro se focaliza en las playas. Al respecto comenta Alcántara que “cuando el oleaje llega a la costa en la zona de rompiente -que se puede detectar por la espuma blanca que provocan las olas- induce una serie de corrientes que tienen que desaguar de algún modo. Son de dos tipos: las primeras, las llamadas ‘resacas’, que se perciben a lo largo de toda la orilla a la altura de las rodillas, y parece que te van a tirar al agua. Su particularidad es que se perciben igualmente si vas hacia el norte o hacia el sur. Las segundas, también inducidas por el oleaje, son las llamadas ‘de retorno’ y están mucho más localizadas.
El agua, en lugar de volver por todo el frente de la playa hacia la zona más profunda, vuelve por unos circuitos más pequeños. Por lo tanto, al desaguar toda el agua que llega a la orilla por unas secciones más estrechas a modo de pasillos, la corriente es mucho más intensa”.
juanibarra@valenciahui.es
Fuente: www.valenciahui.com
El cambio climático afecta al perfil marino de nuestras costas
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