Localización
A media milla al norte del cabo de Begur y a dos millas de distancia de la costa, se encuentra una de las formaciones rocosas submarinas más impresionantes del litoral mediterráneo. Sus características lo convierten en un accidente geográfico único en toda la costa, considerado como emblemático en cuanto al buceo recreativo se refiere.
Se trata de un enorme macizo sumergido que comienza en los 14 metros de profundidad y tiene su base más allá de los 55 metros. El acceso lo obtendremos por medio de una embarcación que nos conducirá hasta la boya en la cual nos amarraremos y que está fijada en la cima del propio furió.
Qué ver
El atractivo principal de esta inmersión, si la efectuamos en la pared norte, es la contemplación de inmensas gorgonias y formaciones coralinas de increíble cromatismo. Las incrustaciones de invertebrados son muy numerosas y hallamos mucha vida nutriéndose del aporte alimenticio que supone el constante batir de las corrientes del norte en esta cara del furió.
También encontraremos gran cantidad de pulpos, escorpénidos autóctonos de la zona, meros, rayas y otras especies pelágicas dependiendo de la época del año. No es extraño que durante el ascenso descubramos bancos de barracudas que nos rodean como un manto plateado en busca de alimento y ocasionalmente alguna pareja de peces luna.
Otra alternativa es sumergirnos por la cara sudoeste, donde el descenso es más progresivo y donde encontraremos también gran cantidad de vida béntica que nos cautivará de inmediato.
Flora y fauna
Prácticamente todas las especies de vertebrados e invertebrados propios del mediterráneo pueden ser observadas en éste lugar.
Profundidades
Entre los 12 y los 60 mts.
Visibilidad
Grandes oscilaciones en este aspecto dependiendo de las condiciones climatológicas. Podemos encontrar días de hasta 40 metros de visibilidad. En contadas ocasiones, desde la cima del furió, se puede llegar a ver su base.
Recomendaciones
La exploración de la cara norte queda reservada para submarinistas con cierta experiencia al tratarse de un descenso absolutamente vertical, quedando la pared ante nosotros y dejando a nuestra espalda un impresionante azul. Es importante no detenerse durante el descenso y buscar la cota más profunda con cierta velocidad para iniciar la exploración durante el ascenso. Si administramos bien los valores de tiempo y profundidad, podremos ir ascendiendo en zig-zag y prolongar la inmersión sin necesidad de recurrir a realizar paradas de descompresión. Es importante, sin embargo, observar la parada de seguridad correspondiente al finalizar el buceo.
Para los menos expertos, el descenso por la cara alternativa no estará exenta de atractivo y les aclimatará para poder “atreverse” a la cara norte en inmersiones subsiguientes.
Observaciones
Es recomendable preguntar al guía o al patrón de la embarcación el estado de las corrientes marinas que pueden llegar a ser molestas dada la situación en mar abierto.
Jordi Atienza
Fuente: Thalassa
Inmersión en la Costa Brava : Furió de Fitó
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