Piezas de cemento sirven de refugio a fauna marina








MEDINA / FILIPINAS
.- Armazones de cemento en forma de estrella de mar se han transformado en "guarderías" de la rica biodiversidad marina del sureste del archipiélago filipino, donde los científicos han ideado esta original fórmula para conservar el coral de la zona.

Los expertos han conseguido así invertir la relación natural entre ambos organismos, pues son las estrellas de mar las que viven y se alimentan del coral, y no al revés en este proyecto que se desarrolla desde hace unos dos años en Duka Bay, popular zona de buceo en la provincia de Misamis Oriental, 800 kilómetros al sureste de la capital.

El objetivo de la iniciativa es crear las condiciones adecuadas para acelerar el ritmo de crecimiento del coral de tal forma que pueda formarse un nuevo arrecife en sólo cinco años, en vez de las habituales dos o tres décadas, explicó a Efe el dueño del resort y uno de los socios del proyecto, Eddie Yap.

Los enormes esqueletos de cemento, cuyos ocho brazos llegan a medir hasta cuatro metros de largo y cubren un área total aproximada de unos 50 metros cuadrados, son colocados a profundidades inferiores a 20 metros, donde se encuentran a salvo de las corrientes más fuertes y pueden ser contemplados por los buceadores menos expertos que visitan el "Santuario" Marítimo de Dukay Bay.

Variedad reconocida

Han sido bautizados como "acanthasia" por lo parecido de su silueta con la de la "acanthaser planci" o corona de espinas, muy habitual en las aguas de estas costas del norte de la isla de Mindanao.

Su voracidad es tal que no es raro que los operadores de buceo, un tipo de ecoturismo cada vez más popular en Filipinas, dan gratis las inmersiones a los submarinistas que les traen de vuelta los restos de las coronas de espinas que han despedazado con sus cuchillos.

Irónicamente, esta especie de estrella de mar es uno de los mayores enemigos del coral, pues se alimenta a base de sus pólipos, pequeños organismos de los que nacen los arrecifes.

La primera fase se centra en la extracción de fragmentos de arrecifes dañados, que pese a su condición moribunda sólo "donan" entre el 10 y el 15 por ciento de su biomasa para ser clonada.

El siguiente paso es plantar el coral en las pequeñas hornacinas de las "guarderías", donde puede crecer con suficiente luz y a salvo de la erosión de la arena del lecho marino y de los fragmentos que se desprenden de los arrecifes enfermos.

La composición caliza del cemento es similar a la de los pólipos trasplantados, lo que les permite multiplicarse sin problemas, y sólo queda esperar y comprobar los resultados.

Resultados tangibles

Dos años después que son instalados las estrellas de concreto el coral está creciendo a una media de 10-15 centímetros al año, cubriendo ya por completo las
"acanthasia"; los científicos creen que sólo deberán aguardar tres años más para disponer de arrecifes nuevos. Junto a ello, la "guardería" se ha convertido en el hogar de decenas de especies de fauna marina, que a su vez atraen al lugar a cada vez más peces, lo que ha llevado a un notable aumento en las capturas de los pescadores locales, indicó Yap, quien se mostró dispuesto a "exportar" su modelo.

Fuente: CARLOS SANTAMARÍA / EFE

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