¿Pueden los antioxidantes proteger a los buzos?
Hacer submarinismo con propósitos profesionales o recreativos tiene ya una dilatada historia. Sin embargo, no fue sino hasta recientemente cuando aparecieron evidencias de los diferentes cambios cardiovasculares que aparecen después de cada inmersión. En la mayoría de los casos, estos cambios pasan del todo desapercibidos o son subclínicos, representando una amenaza muy pequeña o nula para la salud de los buceadores, pero... ¿es éste siempre el caso?
Obad, Dujic y sus colegas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Split, en colaboración con la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, estudiaron un grupo de buzos profesionales antes y después de una inmersión moderada (a una profundidad de 30 metros, por un espacio de 30 minutos, similar a las disfrutadas por mucha gente que bucea por diversión). Se investigaron diferentes parámetros cardiovasculares, incluyendo la función endotelial. Una única inmersión indujo cambios suaves cardiacos y más significativos en la actividad endotelial. Los autores piensan que estos cambios pudieran estar influenciados por la ingestión oral de las vitaminas antioxidantes C y E antes de la inmersión, y que la función endotelial, en particular, podría ser preservada.
La intervención mostró un efecto positivo sobre la función endotelial vascular, mientras que otros cambios en la función cardiaca no se vieron influenciados. Aunque el buceo suele ser seguro, sí puede ser asociado con consecuencias serias, y en ocasiones, fatales, relacionadas generalmente con los problemas de la descompresión. Estos nuevos datos apoyan la idea de que el consumo de estas vitaminas antioxidantes antes de una inmersión puede prevenir algunos de los efectos negativos del buceo sobre la función vascular. Los resultados de este estudio son de interés para quienes están envueltos en cualquier tipo de actividad subacuática, recreativa o profesional.
Fuente: Solo Ciencia
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