El atún rojo vive principalmente en el ecosistema pelágico del Atlántico Norte y sus mares adyacentes, sobre todo en el mar Mediterráneo.
Geográficamente, está ampliamente distribuido por todo el océano Atlántico Norte, desde Ecuador hasta Noruega y desde el mar Negro hasta México.
A diferencia de otras especies de atún, ésta es la única que vive permanentemente en las templadas aguas del Atlántico. De esta afirmación se entiende que el atún rojo ocupa preferentemente las aguas superficiales y subsuperficiales de las zonas costeras y de mar abierto, pero el marcado de archivo y la telemetría ultrasónica muestran que el atún rojo con frecuencia llega a profundidades de 500 m a 1.000 m.
Como otras especies de atunes y tiburones, el atún rojo atlántico es un depredador pelágico que debe nadar continuamente para ventilarse y generar suficiente calor para mantener los órganos vitales (p. ej. músculos, ojos, cerebro) y elevar la temperatura corporal por encima de la temperatura del agua. La compleja estructura de su sistema circulatorio le permite minimizar la pérdida de calor y mantener la temperatura corporal interna por encima de la del agua del mar. Gracias a su capacidad endotérmica, puede soportar temperaturas frías (3°C) y cálidas (hasta
30°C). El atún rojo tiene particularmente bien desarrollado este sistema circulatorio10, lo que lo convierte en un pez de sangre caliente y en un rápido nadador (72,5 km/hora), con una enorme capacidad de migración.
Extraido de la publicación "Estudio sobre larvas de atún rojo" de OCEANA/MarViva
Hábitat del atún rojo
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