Los fondos marinos del Egeo se cuentan entre los más ricos del mar Mediterráneo. Eso se debe en parte a la transparencia de sus aguas y al soleado clima de esta región europea. La combinación de estos dos factores permite que la visibilidad bajo el agua alcance a profundidades de más de 30 metros, cosa que los aficionados al submarinismo aprecian sobremanera. Esto es cuanto más importante para los amantes de la profundidad, que encontrarán en Creta uno de los mejores destinos para esta clase de buceo.
No fue una casualidad que la película El Gran Azul, basada en la vida del mítico apneista Jacques Mayol, situara la infancia de su protagonista en la isla de Creta. Frescos del palacio de Minos y otros vestigios arqueológicos nos recuerdan que ya en la antigüedad se practicaba el buceo en estas aguas. Hoy en día se ha convertido en una de las mecas de la inmersión en el abismo tanto para aficionados a la apnea como para buceadores con botellas.
En este sentido, una de las inmersiones más recomendadas en las guías de buceo es la que se realiza a unas dos millas frente al cabo de Stavros, en el noroeste de la isla. En ese paraje submarino encontraremos una pared de coral que desciende progresivamente y permite admirar la rica fauna marina que habita en el arrecife. Pero el principal atractivo de esta visita es la profundidad. Algunos centros locales organizan inmersiones más allá de los 40 metros; toda una experiencia.
Las cuevas submarinas
Otro de los atractivos de Creta son sus cuevas, aptas incluso para los no iniciados. Una buena gruta para empezar es El Greco, que está situada a 17 metros de la superficie y tiene una longitud de 30 metros. Su anchura permite avanzar sin dificultades, lo que la hace especialmente recomendable para inmersiones nocturnas.
Por el camino, el buzo se topará con gran variedad de estalagmitas y estalactitas, así como con surtidores de agua dulce que producen un curioso efecto óptico al entrar en contacto con el agua salada. Una de las curiosidades de esta cueva es un pasillo que deriva en una sala alimentada por aire fresco. Podréis sentaros un rato sobre una roca para descansar antes de reemprender la inmersión.
Otra de las cuevas más emblemáticas de la isla es la llamada cueva azul. Se trata de un complejo entramado de túneles rebosantes de flora y fauna que consta de varias entradas. Se trata de una inmersión exclusivamente para buzos expertos puesto que algunos tramos son estrechos y además es fácil desorientarse.
La gruta azul es el hogar de diversas especies de esponjas marinas y otros corales, así como de crustáceos como la langosta, que aprovecha los recovecos de estas cuevas para protegerse de sus predadores.
Información práctica
En cualquier agencia de viajes encontraréis innumerables rutas y viajes organizados a las islas griegas. Sin embargo, es mucho más difícil contratar un viaje organizado especialmente para submarinistas. Se recomienda contactar directamente con los centros de buceo del país para solicitar información.
Hay que tener en cuenta que Grecia tiene una política muy restrictiva respecto al submarinismo. La práctica de este deporte está permitida sólo en determinadas áreas, una medida que se implantó para proteger del pillaje el abundante patrimonio arqueológico que todavía resta bajo las aguas. Los propios centros de buceo os orientarán sobre cómo conseguir estos permisos.
Fuente: Thalassa
Inmersiones. Creta: buceando en el Gran Azul
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario