Foto: La Cornuda Gigante (Sphyrna mokarran) , o tiburón martillo alcanza los 5 m, y está considerada una especie peligrosa. © John Liddiard
En el litoral Español, pese a la baja incidencia de ataques (tan sólo 2 demostrados, y ninguno mortal) conviven una gran cantidad de especies de tiburones, de familias diferentes. Llegan a ser casi 90 las especies que habitan nuestras aguas, pero muy pocas de ellas peligrosas. Además, nos debemos alejar de esa idea del tiburón como devorador de hombre: cómo es bien sabido, muchas especies de tiburón dan un mordisco a su víctima y luego se marchan viendo que esta no forma parte de su dieta habitual.
Pese a la "gran" cantidad y variedad de los tiburones presentes en el Mediterráneo, estos están fundamentalmente en la parte oriental del Mediterráneo, Así los mayores focos de tiburones blancos (Carcharodon carcharias) también conocidos como Jaquetones, están en sitios tales como Sicilia y Malta (donde incluso es una especie protegida).
Por otro lado es en la España insular donde encontramos la mayor concentración y variedad (ya que hablamos de dos zonas completamente diferentes como son la costa africana y el pleno mar Mediterráneo), llegando en ocasiones a encontrar en ellas a especies tan atípicas cómo el tiburón tigre (Galeocerdo cuvieri) o el tiburón cigarro (Isistius brasiliensis).
Aunque hay que desmitificar la imagen del tiburón cómo un terrible devorador de hombre, bien es cierto que en nuestras aguas existen especies que, ciertamente pueden resultar un peligro para el hombre. En el litoral español encontramos especies peligrosas como:
Jaquetón (C. carcharias): Su presencia en España está demostrada, pero rara vez se cruzan con el hombre. Pese a esto, de los dos ataques registrados en España, uno está atribuido al blanco, aunque sin consecuencias fatales. Llegan a alcanzar los 6,5 m (y probablemente más), pese a que lo normal es que midan entre los 3 y 4,5 m.
Tiburón Tigre (G. cuvieri): No está presente en el Mediterráneo, pues prefiere aguas más cálidas. Pero su presencia en las Canarias está prácticamente probada, y es más que probable que también habite frente a la costa de Cádiz.
Jaquetón Toro (Carcharhinus leucas): También conocido cómo tiburón sarda, su existencia en el Mediterráneo es muy dudosa, así cómo en las Canarias. En lo que se refiere a su agresividad, es con los dos anteriores el más peligroso de los que surcan los mares. Muchas veces, este tiburón ataca una sola vez y se marcha, siendo la muerte de la víctima por una gran pérdida de sangre.
Marrajo (Isurus oxyrinchus): Pese a ser uno de los tiburones más comunes de nuestras aguas no ha llegado a provocar grandes percances se les considera peligrosos. Son extremadamente rápidos y ágiles, capaces de saltar fuera del agua (al igual que el Jaquetón).
Estas cuatro especies son las que podríamos calificar de "peligrosas". Ahora bien, hay los tiburones "potencialmente peligrosos". Potencialmente peligroso lo es hasta un perro doméstico; Cómo por ejemplo un pastor alemán o un husky, que sin ser peligrosos, tienen la fuerza suficiente cómo para causar graves heridas en una persona (e incluso la muerte si es una especie excepcionalmente agresiva) si ésta les molesta y les instiga. Lo mismo sucede con determinados tiburones, que salvo en contadas situaciones se muestran tremendamente agresivos. No es, pues, recomendable agarrarse de la aleta de un tiburón (por pequeño que sea, o tranquilo) pues este se sentiría agredido y se revolvería pudiendo provocar graves heridas, en cuyo caso estaríamos hablando de un ataque provocado.
Obviamente no todos los ataques de las especies potencialmente peligrosas se deben a actitudes erróneas por parte del hombre. Hay situaciones en las que ellos se muestran más agresivos, cómo por ejemplo en el frenesí alimentario, bien ante una falta de nutrición, o bien cuando considera que somos nosotros los que estamos invadiendo su territorio. En estas situaciones un tiburón que en la mayoría de los casos resultaría completamente inofensivo, puede resultar peligroso para quien se interponga en su camino. Así pues podríamos definir tiburón potencialmente peligroso cómo: tiburones de tamaño suficiente cómo para infringir grandes daños e incluso la muerte a una persona. Para que un tiburón sea considerado potencialmente peligroso necesita sobrepasar los 2 metros de longitud.
Cómo es lógico el número de tiburones que bien en defensa, o por tamaño y hábitos alimenticios pueden resultar potencialmente peligrosos para el hombre es mucho mayor, y en él hasta se incluyen tiburones que comen crustáceos, que hostigados por el hombre, se revuelven, y con los pequeños dientes de su boca trituran el hueso de un brazo o de una pierna del buzo (por ejemplo tal es el caso de la Nodriza).
Fuente: tiburones.iespana.es
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