Asturias es uno de los mejores lugares del mundo para el buceo










Poco a poco, pero va creciendo el interés de los asturianos por el buceo. Pablo Díez Galán, ovetense de treinta años de edad, es uno de los no demasiados instructores que pueden conceder en el Principado, hoy en día, la certificación para practicar esta apasionante actividad en cualquier tipo de aguas, tras una específica cualificación previa. Licenciado en Ciencias del Mar por la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, Pablo es acuarista de profesión -trabajo que desempeña en el Acuario de Gijón-, además de buzo profesional e instructor de buceo. Al principio se planteó el buceo como un complemento profesional a su carrera, lo que le llevó a la acuicultura en mar abierto. Comenzó a trabajar en el Oceanográfico de Valencia y no dudó en regresar a su tierra en cuanto llegó la ocasión. Ahora, su trabajo se fundamenta, entre otras cosas, en el mantenimiento y la alimentación de los tiburones del Acuario, con los que se mueve prácticamente a diario. Y aún así, no duda en recomendar esta especialidad deportiva.

-¿Qué tipos de buceo existen?
-Simplificando mucho, podemos decir que dos: el deportivo y el profesional. El deportivo es el que puede llevar a cabo cualquier persona, con el objetivo de pasar un buen rato y conocer el medio marino desarrollando un apreciable ejercicio físico, como afición, a modo recreativo. El profesional es un trabajo en toda regla, y hay de muchos tipos. Como ejemplos podemos hablar de buceo en obras hidráulicas, en acuiculturas, el buceo científico, la recogida de algas... Lo más duro que existe es precisamente típico de Asturias. Me refiero a los algueros, que se dedican a arrancar el «gelidium», un alga que se da mucho aquí y del cual se extrae el agar, que luego se utiliza en alimentación, detergentes, odontología y farmacia.
-¿Qué capacidades se necesitan para practicar buceo deportivo?
-Lejos de la creencia general, no hace falta una gran capacidad física. Es una actividad en la que una de las bases es aprender a regular el esfuerzo, y en el medio acuático todos igualamos nuestras capacidades. Lo que sí se exige para comenzar es un certificado médico y un curso de capacitación, tras el cual se te da un certificado con el que puedes bucear en cualquier parte del mundo. Consta de unas clases teóricas, unas prácticas en aguas confinadas, normalmente una piscina, y prácticas en el mar.
-¿Quién da esos cursos y otorga la certificación?
-Hay muchas empresas en el mundo. En España las dos que más funcionan son FEDAS, que depende de la Federación Española, y PADI, que certifica más del noventa por ciento de las licencias a nivel internacional.
-¿Es caro bucear?
-Esto es relativo, porque al desenvolverte en un medio que no es el habitual necesitas un equipo especial, pero tienes la posibilidad de alquilarlo, con lo que puede ser más barato que muchos otros deportes. El curso, con todo incluido, son unos 380 euros. El equipo ligero, escarpines, gafas y aletas, lo tienes desde 20 euros, y luego el pesado puedes alquilarlo hasta que decidas hacerte con uno propio. Hablo del traje de neopreno, el chaleco, la botella y el regulador. Pero es que esto lo tienes por 15 euros para todo el día. Una vez que le coges afición al buceo, esto te parece insignificante.
-¿Es seguro?
-El que cumple las normas no tiene por qué tener ningún problema. La máxima es siempre bucear en pareja, para que si tienes algún problema puedas indicárselo a tu compañero. Hay muchas medidas de seguridad y varios principios que, si se cumplen, hacen que no haya un riesgo elevado. Todo deporte o actividad física implica un riesgo, como andar en bicicleta, por ejemplo, pero en el buceo ese riesgo es muy controlado.
-¿Cómo es Asturias para bucear?
-Tiene el handicap de la temperatura, porque el Cantábrico es frío, y de la visibilidad, ya que es difícil encontrar días sin niebla. Aunque aparentemente no se vean olas, por debajo está revuelto, hay mucha actividad. Si esto se conjuga bien, es de los mejores sitios del mundo, por su diversidad y sus fondos.
-¿Cuáles son los paraísos mundiales?
-Te hablaría del mar Rojo, de los arrecifes de Australia y del Caribe en general.
-¿Son los tiburones tan malos como los pintan?
-Es un poco mito. Los congrios y las morenas -que en Asturias hay muchísimos- pueden estar a su altura o más. Pero ellos nunca atacan. Ésta es otra realidad que debe conocer la gente. Sólo se defienden si se ven amenazados. Si vas buceando y los ves, lo único que debes hacer es quedarte quieto, tranquilo, o alejarte para disfrutar observándolos. Eso se aprende nada más empezar. Todo buceador es amante del medio marino.
-¿Hay muchos buceadores deportivos en Asturias?
-No es tan popular como otras disciplinas, pero poco a poco está llegando la cultura del buceo. Eso sí, aún muy lejos del Mediterráneo. Y, paradójicamente, es en Madrid donde hay más afición. Dan la teoría y la práctica inicial conjuntamente en la piscina y organizan después viajes a Murcia y a la zona de Alicante para la práctica en mar.
-¿Por qué recomendaría el buceo?
-Es una inmejorable manera de evadirte del mundo convencional. Bajo el agua no hay apenas ruido, no hay estrés. Además no es incompatible, como se cree, con un asma moderada; incluso te ayuda a regular la respiración. También es muy bueno para los problemas de espalda. No deja de ser una natación observativa, con movimientos muy coordinados, pero lentos.

Oviedo, Marco RODRÍGUEZ
Fuente: www.lne.es

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