José A. Cano SEVILLA. El cambio climático, la estación o quizás una cierta maldad instintiva que más de uno les atribuye tras recibir una de sus suaves y venenosas caricias, lleva cada verano a unos cuantos cientos de miles de medusas a “veranear” en las playas de Andalucía, provocando temor en los bañistas y preocupación en los empresarios, que ven bajar la ocupación año tras año.
Las medusas son cnidarios (cnida quiere decir ortiga en griego), grupo animal que presenta células urticantes que usan para capturar presas y como defensa. Estas células contienen una cápsula en cuyo interior hay un filamento enrollado y un veneno. Su cuantía está siendo tan preocupante que la Consejería de Sanidad nos advierte desde su página web de esas mareas que arriban al litoral andaluz y explica la precauciones a tomar en caso de recibir picaduras.
Y es que lo del cambio climático no es broma. Aunque no existen aún estudios científicos contrastados, la organización Oceana, dedicada a la protección y recuperación de los mares, señala, también desde su web, el aumento de la temperatura del agua por el cambio climático o la disminución de depredadores debido a la sobreexplotación de los bancos pesqueros como algunas de las posibles causas. Ironías de la vida, la acción humana nunca queda sin castigo.
Soluciones ingeniosasPero también es conocido que hay que hacer de la necesidad virtud, y afinar el ingenio para sacar ventajas de cualquier situación. La empresa biotecnológica Bionaturis, nacida en el seno de la Universidad de Cádiz, ha presentado un proyecto recientemente aprobado por la Corporación Tecnológica de Andalucía que pretende investigar los posibles usos industriales de la biomasa de las medusas, viendo en ello una oportunidad para comercializar desde Andalucía productos revolucionarios. En la iniciativa participan investigadores del Instituto Español de Oceanografía y la Universidad de Málaga.
Uno de los objetivos confesos de la investigación, que se prolongará durante siete meses y tomará muestras de las medusas capturadas tanto en la costa mediterránea como en la atlántica durante julio y agosto, es disminuir los perjuicios económicos que en el sector del turismo provocan estos fenómenos. También se procurará estudiar la frecuencia y el volumen de las oleadas y establecer estadísticas sobre temperaturas, salinidad del mar o acción de las corrientes en un registro histórico sobre la población de medusas en las costas de Andalucía. Lógicamente se buscarán conclusiones sobre las causas de las invasiones, ayudando de esta forma a predecir su aparición.
Bionaturis pretende además estudiar la viabilidad comercial en relación con la variedad de productos derivados de estos animales que ya se encuentran en el mercado. Por ejemplo, los aprovechamientos que se prevén de la biomasa derivada de las mareas de medusas son bastante interesantes, sin descartar el consumo alimenticio. Asia se intuye como el mayor cliente potencial de esta producción, y por ello se estudiarán las propiedades nutricionales de las medusas, contando además con sus residuos, susceptibles de ser convertidos en abono.
El uso cosmético que pueda tener el colágeno presente en estos animales sería otra opción a analizar. O las aplicaciones en investigación médica y farmacéutica de la proteína de su composición con propiedades fluorescentes, que puede ayudar a la observación del comportamiento de los genes.
Fuente: www.huelvainformacion.es
Las medusas como negocio
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